lunes, 12 de julio de 2010

Senescencia



Veinte años más de vida, anuncia el neurólogo, después de una revisión exhaustiva, si sigues comportándote como modélico enfermo que eres. Todo lleva un buen resultado y una correcta respuesta. El tiempo pasa. La vida sale al encuentro día a día. Ah de la vida, nos espetan nuestros clásicos. ¿Quién nos arguye? La salud y la edad están ahí. Nos asiste lo vivido hasta el momento, que no es poco. Ayer se fue, queda el momento en el que gusta vivir, pues es lo único que nos queda. Mañana comenzaremos a vivir ese instante de ración que nuevamente se nos da, siendo un soy que debo aprovechar y gustar, saborear y agradecer.


Duro es envejecer, sí; pero que te animen y te proyecten veinte años es superior.

Es duro pararse a contemplar la efímera juventud:
“Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando

Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte
Tan callando,

Cuán presto se va el placer,
Cómo, después de acordado,
Da dolor:

Cómo, a nuestro parecer,
Cualquiera tiempo pasado
Fue mejor.”

Todo ello lo recordaré en una entrada que dedicaré a nuestros queridos padres como monumento literario a su grandeza de vida y de honorabilidad. Siempre es agradable recordar lo bueno y lo meliorizante de nuestros mayores, porque ellos ganaron lo que hoy estamos disfrutando nosotros: pues es de bien nacido, ser hombre o mujer agradecido.

Todo cuesta, pero si sabemos sobrellevarlo es conquista del espíritu incrustado en nuestro soma. Nuestro cuerpo, si hay optimismo, tendrá que sufrir aflicciones del camino con sus sobresaltos, sus dichas, sus alegrías, sus diagnósticos, sus dudas y confianzas; con sus amistades, pocas duran y muchas vuelan para comenzar a engañar a otros; fueron por nosotros desafectados por superegoismo y desprecio, apartados de nuestro entorno y condenados al ostracismo. Dejados en aquel paraje desolador de la enemistad y la subestimación, el olvido de lo bueno vivido.

Proponemos una visión que alivie esas presencias enojosas, que queremos borrar y veamos desdibujarse aquellas evidencias que tras el tiempo transcurrido se hacen enfadosas.

Viendo los videos y los albumes, querría que mis seres queridos hiciesen acto de presencia y, juntos, renovar la pose, sentir su hálito, sentir se presencia, abrazar toda su humanidad, como sentir el calor y la empatía de sus fuertes y cálidas manos.

Esa juventud divino tesoro despierta todo el bagaje viril de pasiones y perpetúense como surgiendo de las cenizas el Ave Fénix y flameen intrépidas como en nuestros tiempos pasados.

Fuimos otros, fuimos jóvenes; pero hoy somos fuertes, somos entusiastas, somos más personas, más reflexivas que vamos envejeciendo, bajando, ascendiendo, embriagándonos de la vida que es lo único que tenemos.

En esta época de vida sigamos el tic-tac de la naturalidad del reloj biológico, nos aliviemos de las presencias que nos asaltan con su conversación y su caminar en paralelo para hacer nuestra vida confortable.
¿A quién no han herido unas amistades traidoras?
¿Cuántos amores acabados en fuego esfumado?
¿Cuántos no hacemos los debidos esfuerzos para apartar aquellos espectros que no nos pueden hacer bien alguno?
Corrijamos nuestros desvaríos y hagamos llevadera lo que nos queda de vida.
Que todo lo que nos acompaña en esta etapa del saber envejecer y volvamos a ser los mejores jóvenes que experimentan su mayor plenitud, su mayor entusiasmo, su mayor creatividad, su mayor competitividad, su mayor optimismo y alegría.

Tenemos que enhebrar el día a día, poseer la barita mágica que engarce las piezas de nuestra vida: la nutrición, la analítica, el tratamiento médico, el ejercicio físico y mental, la confianza y la esperanza de conseguir lo que nos proponemos; qué caminos abandonar y qué veredas soñadas seguir, perseguir, conseguir, conquistar.

Hay que seguir haciendo, como siempre hemos hecho en la vida, profesionalmente realizando el trabajo elegantemente durante cuarenta y cinco años. Ahora hay tiempo para hacer, ejecutar, vivir y amar con la galanura sempiterna que llevamos en nuestro ser.


Marbella, 4 de Julio 2.010

Evaristo B. Lozano


3 comentarios:

  1. Efectivamente, día a día vivimos ese trocito, esa ración que se nos concede. Si tenemos ese claro, solo nos queda VIVIR, vivir con calidad, enhebrando todo lo necesario para que nuestra salud física y social nos lo permita; recordando a quienes nos dejaron en un marco de positivismo y siempre con una sonrisa; sintiendonos jóvenes dentro de nuestra edad, la cual nos marcar de forma inexorable; recordando con sentimiento y pasión todo lo vivido en nuestra juventud.
    VIVIR, cada día como si se nos ofreciese un regalo. Valorando la experiencia de nuestros mayores y sonriendo ante la locura juvenil. VIVIR, respetando y comprendiendo que la vida tiene muchas etapas y todo el mundo pasamos por ellas.
    Tengo idea de hacer un homenaje a mi padre, queridísimo por ser mi padre y por ser una maravillosa persona. Estoy deseando que hagas esa entrada ensalzando la honorabilidad de nuestros padres.
    Tus entradas no tienen desperdicio.
    Besitos........Leonorcita

    Es un placer pasar por tu espacio y un honor que visites el mio. Tus comentarios son brisa para mis plumas. GRACIAS

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  2. Leyéndote hace que perciba los sentimientos que transmiten tus palabras, por medio de la poesía o vivencias que van salpicando los momentos.
    Ello hace que me resulta muy agradable pasar un rato a tu lado visitándote y comentando.

    Un suspiro
    enamorado
    de un rayo de luna
    en el claro del bosque

    Un suspiro
    enamorado
    de las lagrimas del viento
    en el claro del lago

    Un suspiro
    enamorado
    del travieso sosiego
    en el claro del alma

    María del Carmen

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  3. Paso a desearte un expendido fin de semana, con la emoción añadida al celebrar mi santo en el día de hoy.

    La fiesta del Carmen la estoy viviendo con especial ilusión y no quería dejarla pasar sin compartirla contigo.

    Un murmullo acariciando los sueños del color de las estrellas.

    María del Carmen

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