Los
españoles hemos adquirido una deuda de gratitud con todos los funcionarios de
la salud y con todos los que han participado en mejorar la crisis del Ébola y
que sólo podremos reconocer su dedicación y su entrega en el bien de nuestra
salud social. La prensa lo ha presentado como un revolutus. DEJEMOS A LOS PROFESIONALES QUE
RESUELVAN EL PROBLEMA, SEAMOS PRUDENTES CON TANTO ESCRITO QUE HA
DESASTABILIZADO CREANDO ALARMA EN LA SOCIEDAD. Hagamos,
por lo menos , críticas constructivas y
no injustas e injustificadas
Desechemos en
nuestros entornos aquella frase tan repetida en estos años de comienzo d siglo
XXI:”Si yo fuera usted”, compraría “preferenciales” y todo aquello que se les
ocurre a los mandamases de bancos y cajas, Pero, si ello hubiera estado
proscrito de semejantes bocas, no estaríamos lamentando tanto engaño y tanto
robo. Pues sepa todo ciudadano que “NADIE ES USTED”. Cuidadín con tanto truhán
que pretende engañar a nuestros jubilados y personas de buen hacer. Nada de lo
que estoy apuntando ha cambiado por ahora. ¡Cuidado, queridos jubilados, que
utilizan vuestras necesidades para presionaros y que lo firméis de inmediato!¡A
la m. a todos estos farsantes!
Yo
me pregunto en mi reflexión:¿ De quién coño se puede fiar uno en los tiempos
que corremos? ¡Todo es mentira y engaño! ¡Que vergüenza, tanto político sin
saber noticia alguna de negocios se metieron en la vorágines encharcar Cajas de
Ahorros y Bancos. Pues ellos con tener una visa opaca qué les importa los
demás; pero ellos sabían lo que hacían. Que no sigan con los engaños y que paguen
a nuestros jubilados, lo antes posible ya que se acercan la Navidades y quien más
que menos necesitamos para las mismas nuestros ahorros; ellos que lo paguen
cuanto antes. Para ello hay que ser más listos y que el Gobierno de una vez
corrija este laberinto financiero.
Todos
debemos saber ante una oferta con estos banqueros que nos debemos dejar
asesorar con gente que sabe y que no te engañe, pues nos pueden dañar o arruinar como a tantos otros por toda la
geografía patria, por desgracia.
Después
de todo esto y más, ¿quién se empeñará
en hacer las cosas con corrección, claridad y justicia?
Y
cuidado, señores, que no les halaguen y los cataloguen en el contrato como “inversores espabilados” teniendo alguna
incapacidad: No fiarse de los amigos de siempre son peligrosos. ¡Cuánto truhán
y estafador anda por esos lugares conocidos por todos los ciudadanos!
¡Poned
coto a vuestras abultadas apetencias, que se reirán de vuestra estudpidez!
Marbella, otoño del 2.014