
Pues lograr confianza en ti misma es tener delante de ti una vía verde de bienestar, pero es difícil de alcanzar cuando existen miedos, conflictos sin resolver.
Ingrediente de la vida: la risa. Nos hace más optimistas, aviva la salud, trae bienestar ya que estamos liberando endorfinas, nos carga las pilas, nos cambia la visión del cosmos… Tenemos que echar de nuestro interior la baba tensional. Riámonos de nosotros mismos e intentemos sobrellevar, minimizar las dificultades y problemas críticos que están ahí, en el ahora de siempre.
Hoy me entero que todo es pesimismo sobre la realidad de la vida y como tantas veces hemos dicho la confianza en ti misma se genera cuando sabes lo que quieres y piensas que puedes conseguir, porque no te faltan recursos internos para llevarlos a buen término. Alguien que confía en sí misma crea seguridad y disfruta más y mejor de la vida, porque carece de miedos y controla lo que le puede hacer sufrir. ¿Por qué no puedes confiar en ti misma? Todos queremos disfrutar de ese aspecto psicológico que nos hace más eufóricos.
Desecha de tu lado todo aquello que te rebaja y te desprecia, no te valora en tu persona. Confía en los que confían en ti. Ponte firme y haz lo que debes hacer. No tengas miedo de perder el control por lo que debas realizar o ejecutar, sentir. Mejor ponerse roja una vez, que mil amarilla. Nunca te debes dejar menoscabar por nadie. Puedes aceptar las críticas constructivas, pero se deben rechazar si no son bienintencionadas, por consiguiente, si te quieres bien no te dejarás engañar ni falsear la realidad, la tuya.
Aquí está en juego la superación. No te tienes que dejar llevar por nadie; pues dispones de criterio propio: eres sincera contigo misma. Créeme que si lo haces es porque reconoces que alguien puede aportarte lo que tú deseas; para ello tienes que confiar que la misma vida te lo presente. Quiérete como eres, que te querrá como tú te presentas y eres. Haz un esfuerzo por conocerte con el continuo devenir. Tú tienes conocimiento personal auténtico de tus cualidades y tus propias limitaciones. Y, quien tiene confianza en sí misma, nunca se engaña sobre cómo se es, porque te aceptas y te haces cargo de tus deseos, afectos, amores.
Asume tus responsabilidades y no culpes a nadie de lo que te ha podido suceder.
Has acudido a un psicoterapeuta para intentar resolver la inseguridad de la cual te crees la víctima. ¿Será que nunca pudiste confiar en ningún allegado cuando tuviste un conflicto? Pues te digo que aceptar todas esas carencias te aliviarán y encontrarás la seguridad en ti misma. Pues es cierto que la confianza de la cual gozamos de adultos tiene sus comienzos desde el principio de la vida. La obtenemos como consecuencia del afecto, trato, juego, educación que nos dispensan nuestros mayores. Desde la infancia necesitamos ir adquiriendo auto confianza a través de lo que los padres nos transmiten mediante el cariño, la atención que nos suministran, haciéndonos que nos sintamos felices, únicos y príncipes.
La confianza en uno mismo, así como la capacidad para confiar en los que nos rodean, son producto de una vida familiar que proporciona a nuestros hijos un poderoso apoyo conjugado con un consistente respeto por las aspiraciones personales, su sentido del deber y su capacidad para enfrentarse a la propia vida.
Lo que más favorece a la autoestima con fuerza es tener o haber tenido una familia estable que constituye el fundamento a partir del cual, el niño, el adolescente, el joven irá realizando una serie de exploraciones en el medio ambiente que les ha tocado vivir y que pronto se irá incrementando como la vida misma.
Esa atmósfera de autonomía debe ser motivada, nunca impuesta; todos sabemos que estas personas saben que tienen un espacio en el que se les puede acoger y tomar en consideración.
Tenemos un dilema: este sentimiento de auto confianza se produce siempre que no exista distancia entre lo que somos y como queremos ser y nos hacemos cargo de nuestros deseos; tenemos la madurez suficiente para hacernos responsables de aquello que hacemos y tenemos conciencia de poder llevarlo a final feliz. Pero se completará todo ello, si poseemos un profundo conocimiento acerca de nuestras propias capacidades y poseemos ciertas aptitudes para ejecutar todo aquello que nos proponemos, venciendo y enderezando los caminos que vengan torcidos y siempre, siempre mucha fe en la consecución.
Evaristo B. Lozano
Marbella, 21 de junio de 2010