He aquí, hoy 5 de diciembre,
Heladas cristalinas manos
Sobre su maternal regazo;
Apoyo mi alba capita
Con ojos todos soles y luna.
Agudizo mi vista
Y penetro tus pupilas,
Pues es silencio, lo que se destila.
Te veo hoy y ayer, prodigio de silencio.
Todo lo dices con tu cara de hierro,
Recuerdo que era lo que le decían a tu abuelo.
Vidote grácil soledad arbórea
Y me diluí entre tus ojos marrones oscuros.
La voz, blanca voz, me llamaba.
Entre tus brazos de soñada Mater
Me estrechabas con fe tierna,
Pero sin articular palabra alguna.
Quiero hablarte, pero acepto tu opción,
Totalmente congruente y sensata.
¡Silencio! que habla que canta;
A tus manos llego volando en la ilusión;
De tu anterior guitarra y ahora con besos otoñales,
Pero a tu amor no renuncio, Selena mía,
Del blanco júbilo de nuestro cielo;
El casco de tu pueblo recobra luces,
Pero la noche pasada, portabas otoño
En tu nuca, luz blanca y bruma.
Al fuego que llevo, dame besos otoñales
Y sigamos admirando el momento.
Que no nos separe ni este silencio,
Interpuesto poética y filosóficamente.
El alma tenías tan clara y abierta
Que yo nunca pude adentrarme en tu recinto,
Pero tu ánima estaba sin guardián,
Ni tapia de adobe soleado.
Busco los atajos angostos, los pasos
Difíciles y escarpados y altos.
Pero a tu alma se ascendía por senderos amplios
Y con un aldabonazo llamé a tu puerta
Y el corazón se abrió de par en par.
¡Tal vez no había entradas en tu alma!.
Me quedé por siempre como pensador
En las lindes de tu alma y corazón:
Aquí me tienes, sonríeme,
Aquí me tienes, contémplame,
Aquí me tienes, bésame en mis labios,
Aquí me tienes, descúbreme tus interiores,
Aquí me tienes, aletea mi mente,
Aquí me tienes, calienta mi soma,
Aquí me tienes, sobre estos instantes, salvo el presente,
Aquí me tienes, soy, más y más, estoy,
Aquí me tienes, sembrando palabra de amor, palabra,
Aquí me tienes, cantando versos de amor,
Aquí me tienes, en mi catedral gótica de la vida,
Aquí me tienes, mi alma navega por un piélago cristalino,
Aquí me tienes, para que llegue tu son a mis oídos,
Aquí me tienes, para que tu aliento divino despierte mis sentidos.
Los fines que persigo y clamor que demuestro
Por el bien que me anuncias,
Son como espejo de mí ser profundo,
Desear y amar,
Querer y actuar,
No es simplemente preparar a la inteligencia
A una conquista de algo perfecto de todo mi ser.
Marbella, 5 de diciembre de 2010
Evaristo B. Lozano
Ha sido un placer encontrarte y poder leerte
ResponderEliminarBesos
nela
Hola Evaristo !
ResponderEliminarHermosa entrada- una entrada de amor a tu amor, asi de claro, apasionado, sincero, y tierno con ese precioso: aqui me tienes !
se puede ser mas sincero y amoroso ?
Feliz ha de estar tu amada Demofila :)
Cariños a los dos.
Aurora
Evaristo es tan bonito lo que escribiste!! Y desde luego Demofila otra artista...
ResponderEliminarMe encantó , un beso!
Gracias hermano por compartir con nosotros tu alma clara, y nos dejas conocer estos versos, que caen alma con el pasto al rocio, espero serguirte leyendo, si puedes visitame y todos los comentarios seran bienvenidos, Saludos desde Chiapas, México. Paz a tu alma.
ResponderEliminarDiádoco,gracias por tu comentario,amigo.
ResponderEliminarVeo que dedicas esta entrada a tu mujer,Demófila.Y los haces como un clásico inspirado y entregado a las letras.Letras que recorren mar y cielo para hacerle saber ese sentimiento,que no acaba,se renueva,crece y siempre es eterno.
Mi felicitación y mi abrazo grande para los dos.
M.Jesús
He venido a leerte, pero no hay actualización..¡Volveré!
ResponderEliminarbesos
nela
¡Hola Diadoco!
ResponderEliminarle adjunte las fotocopias que me pidió en el mismo correo de RE:
Ya me dirá si las recibió,
de todas formas desde el blog y una vez que pica en la pagina para aumentar y leerla
se puede copiar y pegar en documento de Office o similar.
Saludos de J.M. Ojeda.