martes, 22 de febrero de 2011

LOS BLOGS Y SUS LECTORES




El bloguero, permitidme, escritor,
necesita renovarse con la lectura diaria.
La lectura es un archivo de información.
El libro, durante veinte siglos,
Ha tenido la virtud de ser fuerza motora
Y reveladora de vocaciones sublimes.
Repitamos ante un libro: “TOMA Y LEE”
“Acoged solícitos aquel libro
Que pueda alzarnos sobre nuestro nivel…
Nuestro cerebro no es una estantería;
Nuestro cerebro es una central de comunicaciones
Con todos los cerebros de la Tierra pasados y presentes,
Y el libro, el buen libro, debe ser precisamente el hilo…
“Nuestro cerebro ante el libro debe actuar
Como un alumno, puesto que ha de reaccionar
Y responder a cada excitación…
“Hoy un buen libro ha de leerse
Con igual lentitud
Y amor que en el Renacimiento…”B. J.
La lectura es el medio por el que se manifiestan
Comúnmente la fuerza y el estímulo del “YO TAMBIÉN PUEDO”.
La lectura obra en las profundidades del alma,
Donde duermen aptitudes inconscientes,
Y se brinda a despertarlas con súbita y portentosa eficacia.
Nosotros, como escritores-blogueros intentaremos,
Forjarnos nuestra fisonomía por contraste y asimilación.

Leeremos los autores de época con mentalidad
Clásica, es decir, constructiva;
Nos educaremos en los antiguos
Con mentalidad moderna, es decir, renovadora.

La lectura es un auxiliar poderoso del pensamiento.
Un libro, como un paisaje, es un estado
De alma que varía según el lector.
A muchos, entre ellos me encuentro yo,
Los libros “mejores” o “meliorizantes”
Han sido cimiento y apoyo en el equilibrio
Del espíritu, arquitectura que permanece
sub specie aeternitatis,
No línea geométrica que se borra sin huella duradera.

Todos tienen su significación ideológica.
Los módulos de nuestro estilo
Caminan al compás de la época
En que vivimos.
En cambio, nos privan de lo esencial y formativo
Que en ellos existe:
El espíritu, es decir, lo universal,
Lo fuerte, la vida y la TRADICIÓN.
El sostén primario y capital de la literatura
Contemporánea RESIDE EN LOS VALORES ESTÉTICOS TRADICIONALES.
LA VITALIDAD DE LOS CLÁSICOS
DEPENDE DE NUESTRA VITALIDAD.
JUZGUÉMOSLOS CON ARREGLO A NUESTROS SENTIMIENTOS.
NO SE TRATA DE UN HOMBRE DEL SIGLO XVI o XVII, DEL XVIII AL XX,
SINO DE UN ARTISTA QUE ESTÁ CON NOSOTROS PRESENTE,
ACTUANDO SOBRE NUESTRA SENSIBILIDAD.
ARMONICEMOS LO ANTIGUO CON LOS ESCRITORES MODERNOS
EN UN JUICIO PRÁCTICO INTEGRAL, CON CRITERIO DINÁMICO,
NO ESTÁTICO, DISPUESTO A LA ACCIÓN,
INCLINADO A LA FORMACIÓN DE NUESTRA SENSIBILIDAD,
DESPUÉS DE UNA LECTURA REPOSADA E INTELIGENTE.

El trabajo de la lectura, para Descartes,
Consistía en una conversación
Con las gentes más honradas
De los pasados siglos.


LEER HA DE SER SINÓNIMO DE PENSAR.
LA LECTURA DEL LIBRO, QUE EXIGE DE NOSOTROS
LA GIMNASIA DEL PENSAMIENTO,
ES UN HÁBITO QUE SE CONSIGUE CON VOLUNTAD
DE FORMACIÓN Y ESTÍMULO DE CULTURA.
LA INSPIRACIÓN NO EXISTE CUANDO NO HIERVEN
EN EL ESPÍRITU IDEAS Y SETIMIENTOS FECUNDOS.

Nos vamos a valer perfectamente de algunos escritores y de algunos temas.
Siempre partiremos de una cierta selección a los grandes textos. Podemos seguir la tradicional.
Elijamos bien el menú de nuestros clásicos. A cada espíritu le convienen los más adecuados.
Circundémonos en nuestras lecturas de la atmósfera más apropiada.
Celebremos con suma dignidad los grandes libros, porque con la lectura ocurre como con el amor: que no se halla más que lo que se lleva.
El ARTE DE LEER ES EN GRAN PARTE EL ARTE DE ENCONTRAR LA VIDA EN LOS LIBROS Y, GRACIAS A ELLOS, COMPRENDERLA MUCHO MEJOR PARA VIVIRLA CON MÁS CALIDAD.
Periódicamente aparecerán entradas en uno de los cuatro blogs trayéndonos ideas en la soledad sonora de nuestros espíritus, cargando todas nuestras potencias espirituales, acompañadas con música callada y de fondo.
Marbella, 18 de Enero de 2.011
Evaristo B. Lozano



lunes, 7 de febrero de 2011

PENSANDO EN LOS CLÁSICOS DE NUESTRA TRADICIÓN




Yo quiero pensar bien porque siempre he enseñado a mis alumnos que sobre el cimiento de la aptitud natural y de la inteligencia se construye la redacción. Y que redactar bien es, ante todo, pensar bien.
Las ideas pasan por la conciencia como un astro por el retículo.
Pensar bien es llegar a construir, de nuestro pequeño modelo interior el mundo, una imagen lo más exacta posible al mundo real.
Las grandes verdades llegan a nosotros bañadas de claridad. La redacción oscura supone pensamiento oscuro.
Pensar bien es poner en juego todas las facultades del espíritu: el entendimiento, sometido a la verdad; la voluntad, sujeta a la moral; las pasiones, sometidas al entendimiento y a la voluntad. Una buena lógica está relacionada con todas las facultades del hombre. “La razón es fría-escribe Balmes-, pero ve claro: dadle calor y no ofusquéis su claridad; las pasiones son ciegas, pero dan fuerza: dadle dirección y aprovechaos de su fuerza”.

PENSAR BIEN ES LIBRAR NUESTROS RAZONAMIENTOS DE PASIONES, EMPLEARLOS EN LA OBJETIVIDAD DE LAS COSAS SENCILLAS. LA SENCILLEZ CARACTERIZA TODAS LAS IDEAS CREADORAS.
NO SOMOS ESPEJOS PLANOS, DONDE LOS OBJETOS SE RETRATAN EN TODA SU NÍTIDA EXTENSIÓN. DEFORMAMOS LAS COSAS POR PREJUICIOS. NUESTRA EDUCACIÓN Y EL INTERÉS NOS IMPONEN SENTIMIENTOS UNILATERALES.
PENSAMOS MUCHAS VECES, Y TODO LO QUE FAVORECE NUESTRO AMOR PROPIO NOS PARECE VERDADERO.
En un espíritu fuerte, la duda no es desconcierto ni ocio. La duda laboriosa es, como la fe, principio de disciplina.

El método de pensar bien es una mezcla de lógica y experimentación.

La observación exterior, o extrospección, es obra del instinto.
Se perfecciona con la atención, con el examen curioso y empírico de los objetos.
Sin la atención el espíritu se halla ausente,
no ve aquello que se le muestra.
Lo que nos falta a menudo
no es capacidad para entender lo que leemos o sentimos,
sino la aplicación del ánimo a aquello de que se trata.

La observación interior, o introspección, se ha de dirigir,
en el arte de la obra literaria,
con un sentido crítico.
Sin la facultad crítica
no hay creación artística posible.
El fino espíritu de selección,
ese delicado instinto íntimo
por medio del cual el artista crea la vida,
es la facultad crítica en una de sus más
características modalidades.
Toda obra de imaginación no es inconsciente,
sino perfectamente consciente y deliberada
Marbella, 17 de Enero del 2.011
Evaristo B. Lozano.